Tenía 33 años cuando visitó por primera vez la clínica psiquiátrica del doctor alemán Bruno Waldvogel, acompañada de su perro lazarillo, como acostumbraba desde hacía más de 10.
Había perdido la visión por completo, hacía concretamente 13 años, tras sufrir un accidente traumático del que los médicos no quieren dar detalles.
En ese momento había sido diagnosticada con ceguera cortical, causada –de acuerdo con su informe médico– por el daño cerebral ocasionado durante el incidente.
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Pero los motivos que le llevaron a la clínica del doctor Waldvogel nada tenían que ver con su ceguera.
La protagonista de esta historia, que responde a las iniciales de B.T., sufría, además, trastorno de identidad disociativo (personalidad múltiple), un desorden mental que ya padecía antes del traumático evento.
Presentaba más de 10 personalidades“, reza el informe emitido por el doctor Waldvogel y el profesor asociado de psicología médica del Instituto de Medicina Psicológica de Munich (IMP), Hans Strasburger, quien también trató a la paciente.
“Cambiaba de identidad espontáneamente. En cada personalidad adoptaba un nombre, edad, género, aptitudes y temperamento diferentes”, se lee en el reporte, recientemente publicado en la revista especializada PsyCh Journal.
“En algunos casos, incluso hablaba distintos idiomas; a veces sólo inglés, otras alemán y, en ocasiones, los mezclaba”, se explica ahí.
Según el análisis médico, la paciente había vivido algunos años, durante su infancia, en un país de habla inglesa, por eso conocía el idioma.
“Lo más sorprendente fue cuando, en la cuarta sesión de consulta, encarnando la identidad de un muchacho adolescente, recuperó la visión de repente“, le cuenta a BBC Mundo el profesor Strasburger.
 
“La paciente reconoció algunas palabras en el título de una revista”.
Al principio eran sólo letras, pero después, muy rápidamente, comenzó a visualizar objetos, hasta que llegó a recuperar la visión por completo“.
Los doctores comenzaron a utilizar técnicas hipnoterapéuticas, y la capacidad visual de B.T. “se extendió a otras identidades o estados de personalidad”, aseguran.

Ceguera “psicológica”

“Es increíble cómo esta paciente es capaz de cambiar de un estado a otro, de manera que a veces ve y otras veces no. Es el primer caso que se conoce de estas características“, dice Strasburger.
Según el especialista, ninguno de sus colegas había oído hablar de un caso parecido.
Y Waldvogel y Strasburger llegaron a la conclusión de que el primer diagnóstico había sido equivocado: la ceguera de B.T. no era cortical, porque no se debía al traumatismo craneoencefálico tras el accidente.
Se trataba de una ceguera “psicológica”: una “perturbación psicógena de la visión”, tal y como la describió Sigmund Freud en 1910.
“No es algo tan raro, a veces sucede y es un concepto que se conoce desde hace muchos años”, explicó Strasburger.
Lo que nunca se había dado hasta ahora es que una persona puediera ser ciega y ver a la vez, según la personalidad que adopte”, puntualizó.
Según el doctor, la paciente ya no está en terapia y su situación actual es la de una persona ciega que, a veces, puede ver.
Una de las conclusiones más interesantes, según Strasburger, son “las implicaciones de la capacidad cerebral para controlar el flujo de información visual”.
“Las personas con ceguera por daño cerebral difícilmente recuperan la visión y, si lo hacen, les cuesta muchos años”, dijo.
“El hecho de que B.T. recuperara la vista repentinamente es muy revelador”.
 
En su caso, para poder identificar la actividad cerebral de la paciente, los médicos colocaron unos electrodos en la parte posterior de su cabeza, con el objetivo de medir la respuesta del sistema nervioso central a los estímulos sensoriales, lo que se conoce como “potencial evocado” (VEP, por sus siglas en inglés).
“Normalmente, la información viaja desde el ojo hasta el tálamo (en el centro del cerebro) y después a la parte posterior, hasta la corteza visual”.
Pero los psiquiatras descubrieron, gracias a esta técnica, que la información se “bloqueaba” en el cerebro de B.T. y no llegaba a su destino final.
“Este caso muestra cómo el cerebro es capaz de bloquear información y también revela que hay una base biológica en los trastornos visuales psicógenos y de personalidad múltiple”, sostiene Strasburger.
El especialista asegura que muchas personas creen que quienes padecen ceguera psicológica “fingen no ver”, pero esto no es así porque, de hecho, “hay mecanismos en el cerebro que se lo impiden”.
De acuerdo con los doctores, el caso de B.T. demuestra que las diferencias entre los estados de la personalidad “varían según la información sensorial y tienen fundamentos biológicos”.
“Ahora mismo tú y yo estamos teniendo una conversación. Tú tienes tu personalidad y yo tengo la mía. Pero éstas son, de alguna forma, inventadas: se generan en alguna parte de nuestro cerebro”, asegura Strasburger. BBCMundo