Un estudio encontró que cuando un antidepresivo no funciona, cambiar a uno diferente o agregar un segundo aumenta la posibilidad de vencer a la depresión siempre y cuando el medicamento ha actuado lo suficiente.

Para tratar una depresión, la paciencia y la persistencia podrían ser tan cruciales como una droga correcta.
Un estudio de 35 millones de dólares, el mayor jamás conducido bajo condiciones de la vida real, encontró que, cuando un antidepresivo no funciona, cambiar a uno diferente o agregar un segundo aumenta la posibilidad de vencer a la depresión.
Ninguna droga individual es más efectiva que otra, dijo el estudio publicado en la edición del jueves del The New England Journal of Medicine.
Según los investigadores, la clave es mantener a los pacientes bajo un tratamiento suficientemente largo para que la droga trabaje, lo cual requiere 12 semanas antes de un cambio de fármaco.
Los médicos frecuentemente ofrecen cambiar de droga a las cuatro semanas.
Pero, la investigación también halló que, aunque consumieron dos drogas, casi la mitad de los pacientes no se había curado, por lo que se necesitaba otro tratamiento.
La depresión afecta a casi un 7% de los adultos estadounidenses y no suele ser tratada correctamente.
Más de la mitad de aquellos que buscaron ayuda no recibieron el cuidado más apropiado, dijo Thomas Insel, director del Instituto Nacional de Salud Mental, quien financió el estudio de seis años.
Un problema revelado por la investigación es que los doctores a veces fallan en dar antidepresivos por un tiempo suficiente para que actúen, dijo Insel.
“El tratamiento no funciona para la mayor parte de la gente si no se les da una dosis adecuada por un período de tiempo apropiado. Un período apropiado significa 12 semanas”, dijo el funcionario.
“Si alguien no mejora en 12 semanas, otra medicación o una adicional no sólo podría causar un alivio sino también una remisión. Esto es un mensaje extremadamente importante”, agregó.
En el estudio, 727 voluntarios cuya depresión no fue mitigada por el antidepresivo citalopram cambiaron a otra drogas.
Otras 565 personas recibieron una segunda droga -uno de los dos tipos del antidepresivo bupropion- adicionalmente al citalopram.
El estudio mostró que un 25% de los pacientes que cambiaron de droga carecían de los síntomas dentro de las 14 semanas, sin importar cuál habían consumido.
Cerca de un tercio de los voluntarios que recibieron una segunda droga también se habían deshecho de su depresión.
La investigación evaluó a pacientes en condiciones de la vida real, no sólo a personas que se pueden beneficiar potencialmente de un tratamiento con drogas.
El voluntario típico había experimentado casi siete episodios de depresión y había enfrentado el problema por hasta 17 años.