El cáncer de colon es el que más frecuentemente se diagnostica en España: el año pasado se detectaron 43.581 nuevos casos y se prevé que la situación va a empeorar. Algunos científicos han estimado que para el año 2030 su prevalencia aumentará en un 60% en todo el mundo. De todas formas, contamos con un dato positivo: hasta el 90% de los cánceres colorrectales se pueden curar si se detectan a tiempo, según la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD). En este sentido, una investigación española ha encontrado una posible manera de detectar antes estos tumores.

Se trata de un nuevo biomarcador epigenético —la metilación del gen LINC00473— que puede analizarse en muestras de sangre y que permite el diagnóstico del cáncer de colon en fase temprana. El estudio ha aparecido en la revista científica Clinical Epigenetics y está firmado por investigadores españoles del Centro de Investigación Biomédica en Red de Cáncer (Ciberonc), el Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela (IDIS) y el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS).

Esta investigación con el sello español ha confirmado que detectar este biomarcador a través de biopsia líquida puede ser útil en dos situaciones: la primera es el diagnóstico del cáncer colorrectal en personas que todavía no tienen síntomas utilizando un método que no es invasivo, y la segunda, la evaluación de la eficacia del tratamiento en personas que ya han sido diagnosticadas con este cáncer en estado avanzado. Este hallazgo supone una esperanza para aumentar la supervivencia de este cáncer, que normalmente avisa cuando ya está en fases más tardías.

Métodos no invasivos
En torno al 70% de los cánceres colorrectales empiezan por una lesión que puede llegar a malignizarse, algunas de ellas son los pólipos colorrectales avanzados, que presentan un mayor riesgo de hacerse malignos. Para diagnosticar este cáncer, lo más frecuente es realizar una colonoscopia, un procedimiento invasivo, que puede tener complicaciones y que los pacientes tienden a rechazar. De todas formas, también existen otras, como la prueba inmunoquímica fecal para detectar hemoglobina en las heces.

Eso sí, se trata de un método que tiene ciertas limitaciones como la incapacidad de detectar de manera fiable esas lesiones precancerosas colorrectales, como los pólipos colorrectales avanzados. Los científicos sostienen que, por esta razón, es necesario que existan más pruebas poco invasivas para la detección de este tipo de cánceres. Una de las vías que más esperanzas genera a estos profesionales es, precisamente, la biopsia líquida: una prueba en la que se buscan células tumorales o sus fragmentos de ADN en una muestra de sangre.

“Las marcas epigenéticas como la metilación del ADN controlan el funcionamiento de nuestros genes actuando como ‘interruptores’ capaces de controlar cuáles de nuestro genes tienen que estar ‘encendido’ y cuáles deben estar ‘apagados'”, explica Ángel Díaz-Lagares, del IDIS y coordinador del estudio. “Estas marcas epigenéticas pueden estar alteradas en las etapas más iniciales del cáncer, convirtiéndolas en biomarcadores ideales para la detección precoz de esta enfermedad. Se trata de alteraciones epigenéticas que se producen en las células del cáncer y pueden ser detectadas en la sangre mediante biopsia líquida”.

La clave en un gen

El gen LINC00473 se localiza en una zona de nuestro ADN que hasta hace poco se conocía como ADN basura, ya que se creía erróneamente que no tenía ninguna función. Pero ahora se sabe que este gen tiene propiedades supresoras de tumores y que se expresa con menos frecuencia en este tipo de cáncer. “En la carcinogénesis, la hipermetilación de los genes supresores de tumores representa un evento temprano asociado con su silenciamiento transcripcional, lo que conduce a la iniciación del tumor y la progresión de la enfermedad”, dice Díaz-Lagares.

Este estudio contó con los datos de una población de 645 pacientes que procedían de 10 hospitales, nueve de España y uno de Estados Unidos, y otra de 233 individuos sanos. Sus conclusiones apuntan a que la metilación de LINC00473 es un biomarcador que permite detectar el cáncer colorrectal en etapas más precoces. “Se trata de un biomarcador detectable por biopsia líquida con alta precisión diagnóstica, incluso en las etapas más iniciales del cáncer colorrectal, cuando aparecen los pólipos avanzados”, explica Rafael López, también del IDIS y coordinador del trabajo.

Este nuevo biomarcador no sólo permite diagnosticar casos tempranos, sino también evaluar la eficacia del tratamiento en los pacientes con este cáncer en un estado más avanzado. “Por tanto, el descubrimiento de este nuevo biomarcador no invasivo supone un avance importante para el diagnóstico precoz y la medicina de precisión de los pacientes con cáncer colorrectal”, concluyen los autores del estudio.

Via: El Español.com