Sus propiedades residen esencialmente en sus hojas, ricas en cafeína y otras sustancias relacionadas que producen la estimulación general del organismo y la combustión de las grasas. “Su ingesta diaria ralentiza la progresión del bolo alimenticio”, apunta la presidenta del Infito, por lo que al prolongar el tiempo de vaciado gástrico consigue modular el apetito.