El hogar nos parece el lugar más seguro para tener a nuestros hijos, pero es aquí donde suceden la mayoría de los accidentes por descuido. Uno de ellos que afecta a la población infantil de entre uno y cinco años de edad son las Quemaduras.
Las Quemaduras son lesiones de la dermis, epidermis, tejido u órgano interno, producida ya sea por calor, electricidad o algún tipo de producto químico.

Los menores son las principales víctimas de este tipo de accidentes el cual no sólo marca su piel sino que también deja huellas físicas y mentales.
Diariamente, en nuestro país, más de 40 niños mueren por causa de quemaduras severas en su pequeño cuerpo.
La principal causa de Quemaduras en los niños es por contacto directo con el fuego; flama de una estufa, anafre, cerillos, explosiones de gas, incendio provocado por una veladora.
En segundo término están los accidentes provocados por derramamiento de agua hirviendo o algún producto químico corrosivo. Por último la incidencia en este tipo de accidente lo encontramos cuando el menor sufre quemaduras por introducir objetos a los contactos de luz provocándole un shock eléctrico.
La gravedad de una Quemadura se considera de primero, segundo o tercer grado, dependiendo de la profundidad de la lesión, de la cantidad de tejido que dañó, de la severidad y la región del cuerpo que resultó afectada.
Las de primer grado son las más leves; tienen como característica principal el dolor o ardor, la piel se torna rojiza, se vuelve muy sensible al tacto, la extensión de área afectada es de menos de ocho o siete centímetros de diámetro y no afectó a zonas funcionales tales como las manos, piernas, cara, genitales o articulaciones. Alrededor del 85 por ciento de éstas pueden ser fácilmente atendidas en el hogar o el Centro de Salud ya que la lesión sólo afecta la capa exterior de la piel llamada epidermis.
Para tratar de manera inmediata la lesión es necesario sumergir la herida en agua fría, si la lesión fue con algún tipo de producto químico deberá lavar muy bien con abundante agua y jabón, después se deberá aplicar cualquier tipo de antibiótico en la herida y protegerla del polvo con una venda. Este tipo de heridas no deja cicatrices y su tiempo de recuperación es muy corto.
Las de segundo grado son un poco más serias, ocasionan un daño más severo en la dermis (capa interna de la piel) y epidermis (capa exterior de la piel) En este tipo de quemaduras se forman ampollas llenas de líquido claro, la piel se enrojece y puede presentar hinchazón en la parte afectada y dejar pequeñas cicatrices.
La última de ellas y la más dramática son las quemaduras de tercer grado, éstas dañan más del 50 por ciento del total de la piel, la cual pierde la sensibilidad al tacto porque las terminaciones nerviosas se destruyeron. La piel puede presentar ampollas, además de mostrar una coloración blancuzca o por el contrario ser de tono negruzco, carbonizado.
Este tipo de quemadura es tan severo que puede poner en riesgo la vida de cualquier pequeño y deben atenderse inmediatamente por especialistas. Dependiendo de la gravedad de las quemaduras en ocasiones será necesario recurrir a injertos para reparar la zona afectada.
Aquí el tiempo de recuperación es más tardado, quedarán cicatrices en la zona afectada con apariencia rugosa y engrosada.
Cualquier persona que haya sufrido algún tipo de quemaduras, leve o severa es muy necesario que mantenga una alimentación con una buena dosis de calorías para procurar una pronta recuperación, si el afectado no puede ingerir alimentos por la boca se le suministrarán suplementos nutrimentales vía intravenosa.
Los especialistas recomiendan que en términos generales, la herida debe lavarse con agua fría, no aplicarle pomadas, mantecas, mayonesa u otro tipo de sustancia, debe cubrirse con gasas esterilizadas y recurrir a personal especializado para que atienda al menor.