Los síntomas de los trastornos alimentarios son sólo pasajeros en una gran cantidad de adolescentes, según una encuesta autoadministrada en Finlandia.
Pero, entre los adolescentes con síntomas continuos o recurrentes, la ansiedad sería el factor causal.
El estudio demuestra que los adolescentes que no mejoran solos suelen tener otros problemas mentales y físicos.
“Pero esto no debería interpretarse como que ‘esperar y ver’ sería el enfoque adecuado con los adolescentes con síntomas de trastornos alimentarios, pero sin otros problemas”, escribe en el Journal of Advanced Nursing el equipo dirigido por Lea Hautala, estudiante de doctorado en la University of Turko.
En las culturas occidentales, destaca el equipo, la alimentación desordenada es bastante frecuente en la adolescencia.
Los síntomas de los trastornos alimentarios duran entre uno y dos años en el 50-60 por ciento de los adolescentes, mientras uno de cada 10 adolescentes con síntomas de trastornos alimentarios desarrollará un trastorno que dure hasta la adultez.
El equipo estudió a 372 mujeres y varones de entre 15 y 17 años durante 12 meses para determinar si ciertos factores ayudarían a identificar a aquellos en los que los problemas alimentarios se prolongarían. La encuesta se realizó al inicio del estudio y nuevamente un año después.
El 13 por ciento de los participantes dijo en la primera o en la segunda encuesta que tenía algunos síntomas de trastornos alimentarios, mientras que el 5 por ciento lo mencionó en ambos sondeos.
Mientras que cinco veces más mujeres que varones tenían síntomas de trastornos alimentarios, la proporción de hombres con síntomas en un único momento durante el seguimiento era mayor: dos veces más que las mujeres.
Los estudiantes que dijeron tener síntomas en ambas evaluaciones eran más propensos que el resto a poseer también otros problemas psicológicos y de salud.
Pero, la ansiedad fue el único factor predictor independiente del riesgo de sufrir síntomas permanentes de trastornos alimentarios.
Los participantes con esos síntomas y con ansiedad al inicio del estudio eran 20 veces más propensos a seguir teniendo los síntomas un año más tarde.
“Nuestros resultados sugieren que la alteración alimentaria no se presenta de manera aislada, sino como parte de un malestar mayor”, sostiene el equipo.
“Por lo tanto debería controlarse en los adolescentes con problemas psicológicos o enfermedades múltiples los síntomas de los trastornos alimentarios”, agregó.
Todos los adolescentes que manifiestan ese tipo de síntomas, explican los autores, deberían recibir un seguimiento clínico para identificar otros problemas mentales y físicos.
Reuters Health