La UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) desde hace dos años ofrece terapia psicológica por Internet , con el fin de abatir los comportamientos de riesgo ocasionados por la depresión y los trastornos de ansiedad, los problemas de salud mental de más alta prevalencia entre la población mexicana.
Georgina Cárdenas López, profesora de la Facultad de Psicología de esa casa de estudios, puntualizó que se trabaja de manera sincrónica o asincrónica a través del Laboratorio para la Enseñanza Virtual de la Psicología.

La primera significa que a través de la red se sesiona con el paciente de manera simultánea y la segunda cuando la relación es por medios como el correo electrónico.
“Hay lugares donde se emplea audio y video; sin embargo, en esta facultad no es necesario porque interesa establecer contacto con el terapeuta casi desde cualquier lugar”, explicó.
Precisó que el primer contacto con el paciente es una entrevista presencial en el Centro de Servicios Psicológicos de la Facultad mediante la cual se valoran y detectan aspectos que ayuden a dar un dictamen. Posteriormente se les da una clave de acceso al sistema y un horario para que puedan establecer contacto con su terapeuta.
Los asesores son estudiantes del último semestre de licenciatura o de los primeros de posgrado, a quienes se entrena no sólo en las peculiaridades de la terapia sino en un software donde hay administración de servicio psicológicos con el expediente del paciente, el cual cuenta con sus valoraciones y citas.
Por su parte, Berenice Serrano Zárate, coordinadora operativa del proyecto psicoterapia vía Internet, mencionó que en dicho curso se enseña a los alumnos a desarrollar la parte práctica de la carrera.
Es decir, cómo realizar una entrevista, hacer el diagnóstico, diseñar y dar un tratamiento, establecer cuáles son sus objetivos y cómo llevar una agenda cada sesión.
Aclaró que esa terapia no sustituye a la presencial y que está dirigida a pacientes que no tienen acceso a servicios psicológicos o a quienes quieren guardar el anonimato o confidencialidad.
Ello redunda en un beneficio en términos de la autorrevelación que pueden tener en situaciones de conflicto, así como a quienes no tienen tiempo para trasladarse. El Economista