La ciudadana francesa Chantal Sébire, a quien hace dos días un tribunal francés rechazó su solicitud de eutanasia activa, murió por razones aún desconocidas.
Sébire, cuyo tumor le deformó severamente el rostro, perdió una batalla legal en un tribunal de Dijon.
La antigua profesora de 52 años y madre de tres hijos, había solicitado que los médicos le ayudaran a morir.
“Quiero morir disfrutando de la compañía de mi hijos, amigos y doctores antes de dormirme para siempre al amanecer”, había dicho Sébire días antes, según reportó la agencia de noticias Reuters.
Pero, el magistrado que redactó el fallo dijo que la legislación francesa prohíbe que los médicos finalicen de forma activa con la vida de los pacientes por medio del suministro de fármacos letales.
En Francia, el suicidio asistido es considerado un crimen y una violación al código de ética de los médicos.

“A un animal no se le permitiría pasar por lo que yo he vivido”

Chantal Sébire