Científicos argentinos y cubanos desarrollaron la primera vacuna terapéutica contra el cáncer de pulmón, que activa el sistema inmunológico para que ataque las células tumorales y permita prolongar la vida de los enfermos en estados avanzados.
La vacuna está indicada para los casos de cáncer de pulmón de células no pequeñas, los más frecuentes, y puede ayudar a triplicar el porcentaje de vida en los pacientes, quienes vivieron hasta dos años más después de la aplicación de la vacuna.

El desarrollo de la vacuna bautizada como Racotumomab tardó 18 años y fue realizado por un consorcio público-privado binacional en el que participaron más de 90 científicos.
Argentina es el primer país en el que estará disponible, a partir de julio próximo.
En tanto, Brasil, México, Uruguay y Turquía están próximos a iniciar su proceso de aprobación y lanzamiento; la nueva vacuna también fue aprobada en Cuba y está licenciada para 25 países de América y Asia.
La modalidad de pulmón es la principal causa de muerte por cáncer en todo el mundo, con cerca de 1.38 millones de fallecimientos anuales, lo que representa 18.2 por ciento del total de los decesos oncológicos, según cifras de la Organización Mundial de la Salud. Se estima que cada año se produce 1.61 millones de casos nuevos de cáncer de pulmón en el mundo, y 70 por ciento de ellos son del tipo de células no pequeñas.
La nueva vacuna es complemetaria con otros tratamientos, es decir, se utiliza luego de aplicar “las armas tradicionales, que son la quimioterapia y la radioterapia”, informó el médico Luis Enrique Fein, director de Investigación del Instituto de Oncología de Rosario e investigador del ensayo clínico del Racotumomab.
Es una vacuna terapéutica, no preventiva, basada en la inmunoterapia activa.
El objetivo de este medicamento se enmarca en el concepto de “cronificar la enfermedad, que no crezca o que crezca lo más lento posible”, señaló el doctor Roberto Gómez, director médico del Laboratorio argentino Elea.
Esta empresa impulsó el consorcio público y privado integrado por el Centro de Inmunología Molecular de La Habana, Cuba, y prestigiosas entidades científico-médicas de Argentina como el Instituto de Oncología Ángel Roffo, el Laboratorio de Oncología Molecular de la Universidad de Quilmes, y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas.