Si alguna vez te han recetado o recomendado hacer una monodieta, debes tener mucho cuidado. Éstas son muy socorridas para “desintoxicar” o para bajar de peso, pero lo que en verdad pueden originar es un desequilibrio en el organismo y, por ende, varias enfermedades.
“Científicamente son malas porque no tienen fundamento, es decir, no cumplen los requisitos de una verdadera dieta”, explica Jorge Barrera Vázquez, nutriólogo y endocrinólogo, director de la Barra Médica por su Salud.

Un régimen alimenticio debe contar con cuatro atributos: tener las calorías necesarias para cada persona; un equilibrio en los nutrientes (grasas, proteínas, carbohidratos, vitaminas, etcétera); que sea constante (con las mismas cantidades, o casi, todos los días); y que dé bienestar y satisfacción, es decir, que le dé saciedad y sienta que comió bien.
“Se habla de que las monodietas sirven para desintoxicar el organismo, es decir, que se da por sentado que se tienen toxinas generadas por bacterias en el cuerpo y ésas se obtendrían por comer carne cruda, lo cual, la mayoría de la gente no hace”, dijo el nutriólogo.
“El organismo mantiene una homeostásis con las bacterias y parásitos que hay en él, pero éstas no hacen daño sino que ayudan a mantener el equilibrio”, prosiguió.
Los naturistas dicen que el organismo se intoxica con carne, pero eso es un mito, reconoce el médico.
El dejar de comer carne es bueno sólo para quien tiene problemas al metabolizar las proteínas y las purinas, y por ello se eleva el ácido úrico. “A ellos se les puede restringir la carne roja porque ésta propicia mayor producción de ácido úrico”, dijo Barrera.
El tema de las monodietas también ha sido muy difundido por los vendedores de agua, que explican que se deben tomar dos litros diarios para “limpiar” al organismo. “El agua, en efecto, no hace daño, y es recomen-dable tomar dicha cantidad diaria, pero eso dista de que limpie al cuerpo como si éste fuera un tanque”.
Por otro lado, este tipo de dietas se aconseja para quienes desean bajar de peso, pero no son una buena opción, pues lejos de reducir tallas, se ocasionará una descompensación en los niveles de azúcar o grasa en el cuerpo.
Para lograr una dieta idónea no hay más que informarse en un centro de salud o acudir a un nutriólogo.
Cristina Salmerón / El Universal