La gota, también conocida como artritis por cristales, es una enfermedad metabólica, ocasionada por la producción de altos niveles de ácido úrico en la sangre, que no son eliminados por el riñón o porque hay un aumento considerable en su producción, problema que se asocia también con el consumo excesivo de ciertos alimentos animales, mariscos y algunas legumbres que contienen purinaso, por el consumo excesivo de bebidas alcohólicas.

Esta enfermedad se caracteriza por el depósito de diminutos cristales minerales, llamados uratos, en determinadas articulaciones, lo que ocasionando una intensa reacción inflamatoria muy dolorosa y en ocasiones incapacitante.
Este problema suele asociarse también a otras enfermedades como la diabetes, obesidad, enfermedades cardiacas o renales.
La gota principalmente afecta a personas del sexo masculino y sus síntomas se manifiestan generalmente en el dedo gordo del pie, aunque puede afectar otras articulaciones del pie, los dedos de las manos, tobillos, codos, muñecas y rodillas.
Los ataques o crisis de la gota, se presentan repentinamente y así desaparecen también pudiendo no presentarse en muchos días o hasta en años. Se presentan al aumentar el ácido úrico y depositarse en forma de cristales afilados en las articulaciones, sobre todo de pies y piernas, ocasionando dolor intenso, enrojecimiento, hinchazón y calor al tacto, evento que se conoce como ataque de gota agudo.
Otra parte de los cristales, se elimina por la orina en forma de piedritas produciendo los dolorosos cólicos renales.
Si esta enfermedad no se atiende adecuadamente, los ataques se vuelven cada vez más frecuentes y pueden deteriorar y deformar las articulaciones afectadas, formando los conocidos tofos gotosos que producen las lesiones de la artritis gotosa crónica. En ocasiones, también afectan los riñones y otros órganos internos.