La sobreprotección que muchos padres ejercen sobre sus hijos puede favorecer que conformen una personalidad débil y se muestren reacios a asumir responsabilidades propias de la edad adulta.
Los niños sobreprotegidos también pueden sufrir tanto daño psicológico como los abandonados, según distintas investigaciones.
Para algunos psicopedagogos, la sobreprotección a la que muchos padres someten a sus hijos puede provocar que éstos desarrollen el “Síndrome de Peter Pan”, propio de personas dependientes, que han sido sobreprotegidas por sus familias y no han desarrollado las habilidades suficientes para afrontar la vida.

El “Síndrome de Peter Pan” alude a aquellas personas que no quieren o se sienten incapaces de crecer. Son sujetos que tienen un cuerpo de hombre con mentalidad de niño. No saben o no quieren renunciar a ser un hijos para empezar a ser padres o madres.
Cuando los padres intervienen directamente, excusan a su hijo continuamente, y ven el problema siempre en los otros, no se suelen solucionar los conflictos, sino se magnifican y acaban enrareciendo el ambiente de grupo.
Ahorrarles a los hijos todo tipo de problemas interviniendo en sus vidas cada vez que surge una dificultad, es privarles de un aprendizaje necesario”, según “Hacer Familia”.
La psicóloga clínica María Gracia Cavestany recomienda enseñar a los hijos a resolver sus problemas, confiando en su capacidad para encontrar soluciones, estando cerca del niño y supervisando respetuosamente sus acciones, lo cual les ayuda a que desarrollen gradualmente sus propios recursos.
Las personas sobreprotegidas han tenido menos oportunidades de aprender y esto suele hacerlas inseguras, menos creativas para la vida y empiezan a sentir que equivocarse es algo tan horrible, que les deja a veces paralizadas. EFE