La fitoterapia ha demostrado su efectividad en el abordaje de trastornos como la ansiedad y la depresión, cuando se utiliza de forma aislada o en combinación con fármacos convencionales, para disminuir la dosis de éstos últimos.
Luis Ignacio Bachiller, presidente de la Sociedad Asturiana de Fitoterapia, confirma que las plantas más eficaces en el tratamiento tanto de la depresión y la ansiedad como del insomnio son la valeriana, el tilo, el lúpulo, la pasiflora, la amapola amarilla de California, la melisa y el azahar, cuyos resultados son “muy buenos, aunque también dependen del tipo de patología, del origen y del tiempo de evolución del paciente”.

Por eso, y para conseguir el objetivo deseado, el experto aconseja “establecer una pauta e ir ajustándola a las necesidades del enfermo en función de cómo vaya evolucionando ya que, en ocasiones, no dan los resultados esperados porque la dosis no es la adecuada”.
Uno de los mensajes que quiso recalcar Bachiller es que el farmacéutico juega un papel fundamental en la difusión de las posibilidades de la fitoterapia pues reconoció que “es el primer eslabón cualificado del sistema sanitario al que acude el paciente”. En el caso de trastornos como la ansiedad, la depresión o el insomnio, el farmacéutico está en condiciones óptimas de identificar los pacientes que pueden estar padeciendo efectos secundarios por un tratamiento convencional “y a quienes puede plantear la utilidad de la fitoterapia como complemento a su tratamiento”.
Con respecto a los posibles riesgos derivados del uso de este tipo de medicación Bachiller señaló que “ningún fármaco está exento de riesgo, pero cuando se habla de plantas medicinales su toxicidad es siempre mucho menor, por lo tanto, es más seguro”.
Sin embargo, en el caso concreto de la valeriana y su uso en embarazadas, el experto indicó que “al no estar claro su efecto sobre el feto se recomendará melisa o azahar como mejor opción”.
Por otra parte, el experto recordó la importancia y eficacia del hipérico, “una de las plantas más útiles en la depresión y cuyo potencial no está siendo aprovechado”. En su opinión, “se trata de una opción fitoterápica muy interesante y de efectividad contrastada que puede presentar interacciones pero que no son distintas a las de los antidepresivos de síntesis”.