Pensamientos negativos que hay que reconocer para despues poder atacar.
Lass diez más importantes distorsiones mentales o “cognitivas” que pueden conducir a la depresión.
1. Todo o nada. En este modo de pensar, usted es un héroe o un fracasado. Cualquier pequeño tropiezo lo hará sentirse un fracasado. Este modo de pensar puede conducir a un perfeccionismo paralizador.
2. Generalizaciones extremas. Cuando algo malo sucede, va a suceder forzosamente una y otra vez. Si alguien a quien usted idealiza rechaza una invitación, por ejemplo, usted está seguro que la próxima persona hará lo mismo.

3. El filtro mental. Usted siempre ve lo negativo de cualquier situación a la vez que pasa por alto lo positivo. Si usted es un editor, puede que se obsesione con una errata que se le escapó en lugar de felicitarse por una magnifica edición.
4. Disminuir lo positivo. En este modo de pensar, usted tiende a tergiversar hechos positivos en sus contrarios. Si, por ejemplo, usted acaba de recibir un aumento de salario, puede que se recrimine a sí mismo por no haber recibido un aumento mayor.
5. Conclusiones apresuradas. Usted se convierte en lector del pensamiento ajeno o en adivino, lo que haga falta para divisar los problemas en el horizonte. Si un amigo no devuelve una sola llamada suya, es que le odia en secreto. Si su trabajo le agrada, lo más probable es que lo perderá enseguida.
6. El truco de los binoculares. Es como si usted mirara a través de un lente especial que distorsiona todo que mira. Las pequeñeces se vuelven enormidades, y las grandes victorias, naderías.
7. El razonamiento emocional. Usted considera que su estado de ánimo refleja su verdadera identidad. Usted se siente insignificante porque usted es insignificante.
8. “Debo” y “tengo”. Usted piensa constantemente en las cosas que debe o tiene que hacer. (Un experto llama a esto “musterbation”, “masdeberse”). Al final del día, usted está abrumado por la vergüenza y la culpabilidad. Puede que usted se fije demasiado en lo que los demás deben y tienen que hacer, llenándose de frustración y amargura.
9. Poner etiquetas. Para usted, su “yo” es igual a lo que usted hace, y, como todos cometemos errores, acaba desarrollando una imagen negativa de sí mismo basada en los errores cometidos. Si, por ejemplo, usted invirtió en acciones de alta tecnología y perdió, usted se juzga un fracasado. Fracasado, estúpido, perdedor. Las etiquetas son pegajosas. Si usted tiende además a poner etiquetas a los demás, acabará recogiendo hostilidad a puñados.
10. Personalización. Usted asume la responsabilidad por todo lo mal hecho, aún cuando no sea culpa suya. Burns llama a esto “la madre de la culpabilidad”.