El Ministerio de Salud de la provincia de Misiones, en el noreste de Argentina, confirmó hoy el primer caso de fiebre amarilla en el país.
El afectado por la enfermedad es un trabajador rural de 24 años, que desempeñaba su tarea en una zona conocida como Peñalito, cerca de la frontera con Brasil y donde se había detectado el mal en monos, aseguró el ministro de Salud de Misiones, José Guccione.

El paciente, identificado como Marcelo Dornel y que no estaba vacunado, permanece ingresado en un hospital de la ciudad de Oberá y está fuera de peligro, añadió.
“Clínicamente está bien. Incluso el pasado viernes quiso darse de alta de manera personal”, destacó en rueda de prensa Guccione antes de comentar que “en las próximas 24 o 48 horas” el paciente, oriundo de la localidad de San Vicente y padre de dos hijos, regresará a su casa.
El ministro afirmó que hay otro caso “sospechoso” en estudio en Misiones, fronteriza con Paraguay y Brasil, y detalló que en la provincia “ya hay 800.000 personas vacunadas” contra la fiebre amarilla.
El subsecretario de la cartera de Salud, Carlos Báez, explicó a que el tratamiento empleado en estos casos es “de sostén y consiste en controlar el funcionamiento del hígado y administrar una rigurosa dieta”.
Esto permitió “la rápida recuperación del paciente que, estimamos, volverá pronto a su domicilio”, adelantó.
Con respecto a las tareas de prevención, recomendó vacunarse a las personas que aún no lo hicieron, aseguró que el Gobierno nacional envió este fin de semana otras 40.000 dosis de vacunas y señaló que se han habilitado más centros de vacunación en la provincia.
Hace unos días, el director nacional de Prevención de Enfermedades y Riesgos de Argentina, Hugo Fernández, declaró que la meta del Gobierno era “proteger al 90 por ciento de la población de las zonas de riesgo”, tras los numerosos casos de fiebre amarilla detectados en Paraguay y Brasil.
Desde 2003 es obligatoria para la población de las zonas de riesgo la vacuna contra la fiebre amarilla y ahora se está potenciando la campaña “para minimizar los riesgos de casos humanos en Argentina”, aseguró.
Según cálculos oficiales, ya han sido aplicadas más de medio millón de vacunas en toda Argentina desde que empezó la campaña, a finales del año pasado, y la población continúa acudiendo a los centros de salud y hospitales que proporcionan las vacunas en el norte del país y en Buenos Aires.
Las autoridades argentinas recomiendan a la población no viajar a Paraguay y pusieron en marcha acciones adicionales para evitar que se propague la plaga, como la fumigación casa por casa en las zonas fronterizas, erradicación de basuras y maleza o eliminación de pozos con aguas estancadas.
La fiebre amarilla, también llamada la plaga americana, es una enfermedad viral aguda e infecciosa que se trasmite por la picadura del mosquito Aedes Aegypti y otros mosquitos de los géneros Aedes, Haemagogus y Sabethes, que se encuentran generalmente a menos de 1.300 metros sobre el nivel del mar.
Se conoce como fiebre amarilla por los signos de ictericia que afectan a algunos pacientes.