Estudiantes del Tecnológico de Estudios Superiores de Ecatepec (TESE), en el estado de México, proponen elaborar con fibra de nopal gomitas bajas en calorías y enriquecidas con vitamina C, una golosina que podría contribuir al combate de la obesidad.
Cifras revelan que alrededor de 4.5 millones de niños en edad escolar y al menos 70 por ciento de los adultos presentan obesidad y sobrepeso debido al excesivo consumo de carbohidratos en alimentos como pan, botanas, golosinas y comidas instantáneas.

Al respecto, la maestra Consuelo Martínez Ruíz, profesora del TESE, dijo que la intención del proyecto es desarrollar productos de confitería benéficos para la salud, principalmente dirigidos a la población infantil, a partir de materias primas naturales y sin el uso de azúcares refinados.
La asesora técnica de la investigación explicó que las gomitas se elaboraron con la fibra del nopal, lo que permite tener una buena digestión y una lenta absorción de los nutrientes de la golosina para un mejor manejo de la saciedad.
Ello debido a que el nopal es una planta cactácea rica en fibras, vitaminas A, B, B2, clorofila, proteínas y minerales, además de tener algunos aminoácidos esenciales; por ejemplo, la alanina, isoleucina, valina, glicina y prolina, por mencionar algunos.
Otro de los componentes que caracteriza a esta golosina es la vitamina C, que resulta necesaria para el crecimiento y regeneración de tejidos, la cual contiene un antioxidante capaz de reducir el daño causado al organismo por químicos y contaminantes tóxicos.
La también ingeniera bioquímica mencionó que regularmente las gomitas están hechas con pectina, un carbohidratos que el equipo de trabajo decidió reemplazar con grenetina, proteína obtenida del colágeno y cuyos aminoácidos potencian las propiedades del nopal.
Destacó que las golosinas convencionales contienen grandes cantidades de azúcares refinados que inciden perjudicialmente en la salud, por ello utilizaron edulcorantes a fin de disminuir la cantidad de calorías y obtener un producto agradable al paladar.
Cabe mencionar que el producto aprobó todas las pruebas fisicoquímicas, organolépticas y microbiológicas marcadas por las normas oficiales mexicanas para garantizar la inocuidad del dulce y ponerlo a disposición del consumidor.
El desarrollo es producto del trabajo de los estudiantes Elizabeth Rico Aguirre, Mariana Serna Rocha y Lirio Izbeth Quevedo Méndez, quienes en 2010 fueros galardonadas con el Premio a Jóvenes Inventores e Innovadores del Estado de México, que entrega el gobierno estatal a través del Consejo Mexiquense de Ciencia y Tecnología.