6. Los huevos acarrean enfermedades del hígado a largo plazo. Los huevos son uno de los alimentos más nutritivos y sanos a los que podamos acceder. Afectan al hígado si están fritos, como todas las comidas ricas en grasas. Lo peor para el hígado es el alcohol y las grasas, pero los huevos de ninguna manera deben suspenderse de la dieta.

7. Tomar líquidos con las comidas hace mal a la digestión. En un adulto sano y sin problemas estomacales, mezclar líquidos con comida no solo no hace mal, sino que ayuda a tener una mejor digestión. Eliminar los líquidos solo es recomendable para niños inapetentes, ya que beber demasiado les puede producir una falsa sensación de saciedad.
8. La fruta, si se come como postre, engorda mucho más. La fruta siempre engorda lo mismo. El orden de los alimentos no altera la suma calórica en ningún caso. Quienes ofrecen dietas disociadas o de alteración en el orden alimentario mienten.
9. Las cebollas y el ajo contribuyen a la longevidad. Muchos creen que comer cebolla asegura una larga vida, pero esto es falso. Sin embargo, ambos vegetales son antioxidantes y contribuyen a una mejor circulación, lo que mejora la salud en general. Pero de ninguna manera nos aseguran que vivamos más tiempo.
10. Quienes se ponen siliconas en los pechos no pueden dar de mamar. Nada más falso. Las siliconas no tapan los conductos mamarios ni afectan a la producción de leche de las mamás lactantes. La silicona abarca la parte exterior de la mama, pero no los conductos responsables de secretar el alimento para el bebé. Tampoco obstruyen el pezón.
Mitos de salud I