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Una mujer que estaba siendo tratada en Londres por rabia, falleció según informaron las autoridades de salud del Reino Unido.
La paciente había sido mordida por un perro en el sur de Asia antes de regresar a la capital británica donde se confirmó la enfermedad.
Este raro caso de rabia en el Reino Unido –donde la enfermedad no se ha originado desde hace más de 100 años– ha puesto de manifiesto la larga incidencia de este trastorno, uno de los más antiguos que afectan a la humanidad.

Aunque en gran parte del mundo desarrollado la rabia ha sido erradicada, en el tercer mundo sigue siendo muy prevalente y causa unas 55,000 muertes cada año.
Hoy se cuenta con una vacuna efectiva para la rabia y desde hace más de 125 años se ha vacunado a las poblaciones, ¿por qué, entonces, no ha sido posible borrarla del mundo en desarrollo?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la infección, que se transmite de animales a humanos, sigue todavía presente en más de 150 países, incluida toda América Latina y el Caribe.
Y unos 15 millones de personas requieren ser vacunadas cada año debido a la infección.
La enfermedad es causada por un virus que se propaga en la saliva de los animales, principalmente perros.
Hasta antes de 1885, cuando Louis Pasteur desarrolló la vacuna contra la rabia, todos los casos de la infección en humanos eran mortales.
Rabia en América Latina
En América Latina, los perros son una fuente importante del virus de rabia, llamado Lyssavirus, pero los murciélagos contagiados también presentan un problema grave de contagio humano, principalmente en las comunidades más remotas y pobres de la región.
Según el doctor Hervé Bourhy, jefe de la Unidad de la Rabia del Instituto Pasteur, en París, “la rabia es considerada una de las enfermedades más olvidadas del mundo en desarrollo”.
“Y afecta desproporcionadamente a las comunidades rurales más pobres, principalmente a los niños menores de 15 años”.
En un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (Actas de la Academia Nacional de Ciencias) el doctor Bourhy encontró que “el 95% de los casos de rabia humana se concentran en Asia y África y 90% de éstos se transmiten por perros”.
Mortal
La enfermedad, que es altamente infecciosa, afecta el sistema nervioso central y si no se trata de forma inmediata puede ser letal.
A medida que la infección progresa en el sistema nervioso provoca la inflamación progresiva y mortal del cerebro y la médula espinal.
En algunos casos el virus también puede causar parálisis.
Tal como explica el doctor Bourhy, uno de los principales obstáculos en el control de la enfermedad es la dificultad para diagnosticarla.
Esto solo puede hacerse una vez que se presentan los síntomas y a menudo es demasiado tarde.
En casi 40% de los casos humanos la enfermedad sólo se confirma durante la autopsia.
Y como el virus se transmite en la saliva y otras secreciones corporales de los animales contagiados, a menudo éstos continúan propagando la enfermedad sin presentar síntomas.
“La principal estrategia para evitar los casos de rabia en humanos es la eliminación de la infección en los animales domésticos”, expresa el doctor Hervé Bourhy.
Y esto, agrega, sólo puede lograrse con una regulación estricta de la entrada de animales a un territorio.
En el Reino Unido y Estados Unidos, por ejemplo, los perros, gatos y otros animales susceptibles que requieren entrar al país necesitan permanecer en cuarentena durante seis meses antes de que se autorice su entrada.
“La vacunación masiva de perros es la forma más costo-efectiva de lograr una reducción significativa e importante en el número de muertes humanas por rabia”, afirma Hervé Bourhy.
“Sin embargo, esos esfuerzos de prevención a menudo no son priorizados por los gobiernos nacionales ni siguiera en los países más endémicos”.
Otro factor esencial para mantener a un país libre de rabia son las campañas de concientización.
Se debe educar a la gente para conocer los riesgos de los animales contagiados y para saber qué hacer si un animal mordió, arañó o lesionó a una persona.
Esto es particularmente importante en regiones rurales y remotas donde los casos de la infección suelen ser causados por animales silvestres.
Según la OMS, es necesario lavar la herida inmediatamente con mucha agua y jabón y buscar ayuda médica inmediata.
También es esencial vacunar a la persona contra la infección, porque la vacuna es efectiva incluso cuando el sujeto ya está expuesto a la enfermedad.
La rabia no puede transmitirse de una persona a otra. De manera que la única forma de prevenir esta infección en el ser humano es eliminar la enfermedad en los animales, subrayan los expertos.
Tal como expresa el doctor Bourhy, “la pregunta que nos planteamos es por qué, a pesar de la disponibilidad de vacunas humanas seguras y efectivas, la rabia continúa matando humanos y aumentando en muchas partes del mundo”.
“La respuesta es que, en general, esto se debe a una falta de concientización entre los políticos sobre el impacto de esta enfermedad y la necesidad de destinar recursos para controlarla”, expresa el experto.
BBC Mundo