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Según una investigación reciente con escáneres cereabrales, consumir pescado horneado o asado, aunque sea una vez por semana, fomenta la salud cerebral y reduce la posibilidad de generar la enfermedad de Alzheimer.
“Los que comían pescado horneado o asado tenían cerebros más grandes”, anotó el autor del estudio, el Dr. Cyrus Raji, residente del departamento de medicina del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh en el Hospital Mercy. En las personas con un mayor volumen cerebral, “el riesgo de Alzheimer y deterioro cognitivo leve se redujo cinco veces en cinco años tras los escáneres cerebrales”, dijo.
Para evaluar el impacto del pescado sobre la salud cognitiva, los autores se enfocaron en 260 individuos mayores mentalmente sanos provenientes del Estudio de salud cardiovascular, patrocinado por el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre de EE. UU.
El equipo comparó los cambios en la materia gris con el consumo dietético según se reportó en el cuestionario, el cual reveló que 163 de los participantes del estudio comían pescado al menos una vez por semana, y la mayoría consumían pescado entre una y cuatro veces por semana.
Con esa información, los autores hallaron que independientemente de la edad, el sexo, las rutinas de actividad física y/o los logros educativos, la raza o el peso, los que comían pescado horneado o asado tenían una masa más grande en el hipocampo, el precúneo, y las regiones de las cortezas posterior cingulada y frontal orbital de sus cerebros. Mas no era así con los que comían pescado frito.
Sin embargo, se advirtió que aunque comer pescado horneado y asado parece ejercer cierto beneficio cognitivo, otros factores del estilo de vida determinan la salud del cerebro.
“Hay que preguntarse si hay factores asociados con el consumo de pescado que no midieron que podrían resultar protectores”, manifestó el Dr. Richard Lipton, vicepresidente de neurología del Colegio de Medicina Albert Einstein de la ciudad de Nueva York, “Quizás las personas que comen pescado hagan más ejercicio, o coman menos calorías en total. O tal vez coman más componentes de una dieta mediterránea, como frutas y verduras” añadió.