Un pequeño aparato similar a los primeros teléfonos móviles podría facilitar la detección precoz de enfermedades tan relevantes como la diabetes o el cáncer de mama. Especialistas de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) quieren que el prototipo se convierta en un sencillo sistema de diagnóstico personal a partir de la saliva.
El proyecto es uno de los más destacados de un campo en expansión impulsado por los fondos -57 millones de dólares- aportados por el Instituto Nacional de Investigación Dental y Craneofacial (NIDCR) de Estados Unidos, miembro de los Institutos Nacionales de la Salud estadunidenses.

Especialistas de UCLA han revisado los últimos avances en el área durante la 172 reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS), que se celebró en San Luis EU.
El eje de las distintas investigaciones que se están llevando a cabo es el proyecto de UCLA para identificar todos los componentes presentes en la saliva, el líquido que segregan las glándulas salivales y las de la mucosa de la lengua.
A partir de este preciso mapa se pretende elaborar un diccionario esencial de la salud bucal e identificar potenciales marcadores de enfermedades.
Sencillo y eficaz. “Las proteínas de la saliva pueden utilizarse como marcadores de diagnóstico del cáncer”, señaló en la reunión de San Luis David Wong, especialista de UCLA. Wong es el director de uno de los siete grupos que investigan el potencial diagnóstico de la saliva.
Su equipo ha desarrollado la llamada Prueba de Líquido Oral mediante Nanosensores, identificada por sus siglas en inglés, OFNASET. Su funcionamiento, al menos en apariencia, es sencillo: a través de un sistema de canalización en miniatura, el sistema divide la saliva en distintas muestras.
Cada una de ellas se sitúa sobre un nanosensor diseñado para reconocer biomarcadores de distintas enfermedades. En 20 minutos están listos los resultados. El propósito es que el OFNASET permita estrechar la vigilancia de trastornos cuya detección precoz es clave para el éxito del tratamiento. Para que tenga éxito, dice Wong, el sistema tiene que ser “inteligente, sencillo, indoloro y fácil de utilizar”.
En 2004 científicos de UCLA publicaron en el ‘Clinical Cancer Research’ las primeras evidencias de que la detección del cáncer de boca y de cuello mediante este método puede ser viable.