Un grupo de medicamentos utilizados en la lucha contra la hipertensión -los conocidos como beta-bloqueantes- podría frenar la extensión del cáncer a otras partes del cuerpo, según se afirmó en la Conferencia Europa del Cáncer de Pecho.
Un estudio conjunto entre Gran Bretaña y Alemania demostró que los pacientes que tomaron beta-bloqueantes presentaban un menor riesgo de morir que aquellos que no lo hacían.

Los fármacos funcionarían bloqueando hormonas que permiten la extensión de las células cancerígenas.
Sin embargo, más estudios son necesarios antes de que se pueda empezar a utilizar estos fármacos de forma rutinaria.
De confirmarse estos resultados, el tratamiento podría tener aplicaciones no sólo en el cáncer de pecho sino en otro tipos de cáncer.
En el año 2008 se diagnosticaron 12,4 millones de nuevos casos de cáncer en el mundo.
Migración de las células cancerígenas
El cáncer de pecho es el cáncer más frecuente entre las mujeres de todo el mundo y cada año se diagnostica esta patología a un millón de mujeres. Su tratamiento tiene garantías de éxito mientras el cáncer está limitado a la zona del pecho.
Sin embargo, una vez que se extiende a otras partes del cuerpo -en un proceso conocido como metástasis- y comienza a crecer, las posibilidades de sobrevivir disminuyen drásticamente. Los procesos biológicos que dan lugar a la metástasis son todavía desconocidos.
La investigación presentada en el Congreso Europeo de Cáncer de Pecho, celebrado la pasada semana en Barcelona, se apoya en conclusiones de estudios anteriores que sugieren que la células cancerígenas adquieren su capacidad de reproducirse numéricamente y de extenderse debido a la presencia de hormonas relacionadas con el estrés.
Los beta-bloqueantes se unen en las células cancerígenas con los mismos receptores que utilizan las hormonas que permiten su expansión, de forma que permiten bloquear la capacidad de la célula para multiplicarse y extenderse.
Via: BBC Mundo