Ganar un triplete en el fútbol —liga, copa nacional y Champions League en una misma temporada— es sin duda uno de los mayores logros para cualquier club. Pero ¿realmente todos los tripletes valen lo mismo? Desde mi punto de vista, no. Y la razón tiene mucho que ver con el contexto competitivo de cada liga.

Pongamos el ejemplo del PSG. Si el club parisino lograra el triplete, muchos medios lo pondrían al nivel del Barça de Guardiola o del Inter de Mourinho. Pero la verdad es que no es lo mismo. El PSG domina la Ligue 1 con una diferencia presupuestaria abismal respecto a sus rivales. Gana la liga casi por inercia y rara vez encuentra competencia seria en la copa nacional. La liga actual la gano de forma invicta con 23 victorias y 5 empates, asegurando el título con seis jornadas de anticipación. Finalizó la temporada con una ventaja de 24 puntos sobre el segundo lugar, el AS Mónaco.

Entonces, cuando solo una de las tres competiciones representa un verdadero desafío —la Champions—, ¿podemos equiparar ese triplete con el de un equipo que debió batallar en todas?

Este análisis también aplica a otros gigantes como la Juventus en su época de hegemonía en la Serie A o el Bayern Múnich, que ha sido amo y señor de la Bundesliga durante más de una década. El Bayern Múnich ha sido el club más dominante en la historia reciente del fútbol europeo, especialmente en la Bundesliga.

Desde la temporada 2012-13 hasta la 2022-23, el Bayern logró un récord histórico al conquistar 11 títulos consecutivos de liga, la racha más larga en las cinco grandes ligas europeas . Este dominio fue interrumpido en la temporada 2023-24 por el Bayer Leverkusen. Sin embargo, en la temporada 2024-25, el Bayern recuperó el título, sumando su 33º campeonato de Bundesliga y el 34º título nacional en su historia .

Claro que ganar siempre tiene mérito, pero cuando tu liga local no representa un reto semana tras semana, el valor simbólico de ese “triplete” baja un poco.

Ahora miremos el caso de clubes en la Premier League o La Liga española. Competencias en las que, incluso con grandes presupuestos, los equipos top enfrentan rivales que también tienen músculo financiero, talento y ambición. En Inglaterra, por ejemplo, un equipo como el Manchester City no puede dormirse: el Liverpool, el Arsenal, el Chelsea o incluso el Tottenham pueden hacerle frente. Cada jornada es una guerra táctica y física. Ganar esa liga ya es un logro mayúsculo, y si encima logras sumar la copa y la Champions, estamos hablando de una proeza total.

Lo mismo ocurre con La Liga, especialmente en los años en que Real Madrid, Barcelona y Atlético han peleado palmo a palmo. El triplete del Barça en 2009 no fue grande solo por los títulos, sino por el contexto: enfrentó a un Real Madrid fuerte, a un Athletic competitivo en la Copa, y a los mejores equipos de Europa en la Champions.

Así que no, no todos los tripletes valen lo mismo. El peso de cada logro está condicionado por la dificultad del camino recorrido. Un título sin rivales de nivel pierde parte de su épica. Y en el fútbol, donde la narrativa importa tanto como las estadísticas, eso hace toda la diferencia.