Para la mayoría de los hombres es difícil admitir que tienen un problema de erección. Dos tercios de los pacientes no hablan con el médico sobre sus problemas sexuales porque consideran que les pueden incomodar.
Van dando un rodeo diciendo que tienen inflamación de próstata. Así lo indica el proyecto Atlas, elaborado por la Asociación Española de Andrología, Medicina Sexual y Reproductiva (ASESA). Otro informe, el de Lilly sobre sexualidad masculina, reveló que el 70% de los españoles, que aseguran haber sufrido alguna vez problemas de erección, no buscaron ayuda para solucionarlos y el 85% pretende no iniciar la conversación y que el médico le pregunte.

Según el presidente de ASESA, Ignacio Moncada, uno de cada cinco españoles tiene problemas de erección. Es un porcentaje bajo en comparación con otros países europeos, que giran en torno al 40% entre edades de 25-70 años.
Muchos de estos hombres cuando van al médico suelen preguntar de forma indirecta o poco clara sobre sus problemas de tumescencia, “van dando un rodeo diciendo que tienen inflamación de próstata”, expone el doctor Moncada.
Disfunción eréctil y enfermedad cardiovascular
Es importante reconocer y tratar la disfunción eréctil y no solo por una cuestión de salud sexual y psicológica. También hay que averiguar si existe una relación directa entre esa disfunción eréctil y una enfermedad cardiovascular.
Los hombres deben saber que si no se atreven a ir al médico por un problema de erección es muy posible que tengan que acudir por una enfermedad cardíaca. Ignacio Moncada asegura que “si un individuo no tiene normalizada su salud sexual probablemente tenga enmascarado un problema de salud”.
Es un hecho que la disfunción eréctil y las enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión o la arteroesclerosis, comparten factores de riesgo como la obesidad o el consumo de tabaco y alcohol.
Lo cierto es que ir al médico para solucionar el problema es una opción que pocos hombres barajan ya que consideran que su problema de erección es algo temporal, por ello buscan alternativas como los medicamentos.
“Fármacos como Viagra o Cialis son tratamientos efectivos pero tienen la desventaja de que se usan a demanda; los hombres se toman la pastilla cuando tienen una relación sexual, les ayuda en ese momento pero no les soluciona el problema oculto o embozado”, asegura Ignacio Moncada.
Via EFE