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Al contrario de lo que se piensa -o de lo que se fantasea- un acto sexual satisfactorio para una pareja debe sólo durar unos minutos.
Eso, al menos, es lo que dice una investigación llevada a cabo en Estados Unidos: un buen acto sexual debe durar entre 3 y 13 minutos.
Los científicos de la Universidad de Penn State, en Pensilvania, hicieron una encuesta con miembros estadounidenses y canadienses de la Sociedad de Investigación y Terapia Sexual.
Los participantes incluían psicólogos, médicos, trabajadores sociales, terapeutas familiares y matrimoniales y enfermeras que habían recogido datos de miles de pacientes durante varias décadas.
Se preguntó a los encuestados el promedio de tiempo que debe durar un acto sexual, desde la penetración del pene a la vagina hasta la eyaculación.
Y se les pidió calificar lo que consideraban “adecuado”, “deseable”, “demasiado corto”, o “demasiado largo”.
El “ideal”
La encuesta, publicada en Journal of Sexual Medicine (Revista de Medicina Sexual) mostró que un acto sexual “adecuado” duraba de 3 a 7 minutos, uno “deseable” de 7 a 13 minutos, uno “demasiado corto” de 1 a 2 minutos y uno “demasiado largo” de 10 a 30 minutos.
“La interpretación de un hombre o una mujer de su funcionamiento sexual y el de su pareja está fundada en creencias personales basadas en parte en los mensajes de la sociedad” afirman los investigadores.
“Desafortunadamente -agregan- la cultura popular actual refuerza muchos estereotipos sobre la actividad sexual”.
“Y muchos hombres y mujeres parecen creer en la fantasía de los penes enormes, las erecciones duras como una roca y el acto sexual que dura toda la noche”, agregan.
Según los autores, con este estudio intentan “disipar dichas fantasías y alentar a hombres y mujeres con datos reales sobre lo que es un acto sexual aceptable”.
De esta forma, afirman, se podrán evitar decepciones y disfunciones sexuales.
Los expertos subrayan que estos resultados también tienen implicaciones para el tratamiento de la gente que problemas sexuales.
Muchas personas que están preocupadas porque creen que no pueden alcanzar la duración “ideal” de un acto sexual quizás piensan que padecen algún trastorno físico.
Pero tal como lo demuestra este estudio, es probable que estas personas se beneficien más recibiendo una terapia psicológica que tomando medicinas para lograr una ejecución sexual que se ajuste a ese “ideal”. BBC