Las fresas tienen muchas virtudes para nuestra salud. Ya sabiamos que reducen el riesgo de ataque al corazón, protegen el estómago frente al daño del alcohol o fortalecen los glóbulos rojos frente al estrés oxidativo, como observo en 2011 un equipo de investigadores de la Universidad Politécnica delle Marche (Italia).
Ahora, ese mismo equipo –junto a expertos de las universidades de Salamanca, Granada y Sevilla– acaba de mostrar –tras analizar durante un mes a un grupo de voluntarios que comieron medio de kilo de fresas al día– que el consumo de fresas reduce los niveles de colesterol malo y triglicéridos, según recoge la agencia SINC.
Concretamente, el equipo planteó un experimento en el que añadieron 500 gramos de fresas a la dieta diaria de 23 voluntarios sanos durante un mes, a los cuales se les tomó muestras de sangre antes y después de este periodo con el fin de comparar los datos. De esta forma, comprobaron que los triglicéridos disminuyeron un 20% tras comer fresas durante un mes.
fresas

Los resultados, publicados en el Journal of Nutritional Biochemistry, han revelado que la cantidad total de colesterol, los niveles de lipoproteínas de baja densidad (LDL o colesterol malo) y la cantidad de triglicéridos se redujeron un 8,78%; 13,72% y 20,80% respectivamente. La lipoproteína de alta densidad (HDL o colesterol bueno) se mantuvo sin cambios.
El consumo de las fresas también mejoró otros parámetros como el perfil general de los lípidos en el plasma, los biomarcadores antioxidantes (como la capacidad de absorción de radicales de oxígeno o la vitamina C), las defensas antihemolíticas y la función plaquetaria. Todos los parámetros volvieron a sus valores iniciales a los 15 días de abandonar el tratamiento con fresas.
Por otra parte, el equipo de investigadores ha confirmado en otros estudios que comer fresas también protege frente a la radiación ultravioleta, reduce los daños que produce el alcohol en la mucosa gástrica, fortalece los eritrocitos o glóbulos rojos y mejora la capacidad antioxidante de la sangre.
De hecho, este año publicarán otro trabajo en la revista Food Chemistry donde demuestran que la ingesta de este fruto incrementa la función antioxidante del flujo sanguíneo, los eritrocitos y las células mononucleares.