Las mujeres que consumen pescado durante el embarazo quizá contribuyan a elevar el coeficiente intelectual de su bebe, según un nuevo estudio publicado en la revista médica The Lancet.
Los resultados del estudio fueron sorprendentes, dijeron sus autores, y contradicen las recomendaciones estadounidenses y británicas de que las embarazadas deberían limitar su consumo de pescado para evitar posibles contaminaciones de mercurio.

Ese metal aparece en pequeñas dosis en los pescados y mariscos, pero puede acumularse en el organismo humano. En grandes concentraciones, el metal puede dañar el sistema nervioso, especialmente en el feto. Por otra parte, el pescado es una gran fuente del ácido graso omega-3, esenciales para el desarrollo del cerebro.
Aunque los especialistas consideran necesarios más estudios para confirmar esta teoría, la imposibilidad del estudio de encontrar efectos nocivos por el consumo de pescado es significativo.
Ya que el mercado contiene tanto elementos nutritivos como toxinas, sigue siendo un dilema para los organismos reguladores a la hora de recomendar dietas adecuadas para las embarazadas.
El estudio, encabezado por el doctor Joseph Hibbeln del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, analizó las dietas de 11,875 embarazadas en la ciudad británica de Bristol.
A las 32 semanas de embarazo, las mujeres tuvieron que completar un cuestionario sobre su consumo de pescado. Posteriormente recibieron otros cuestionarios en cuatro ocasiones durante el embarazo, y luego hasta ocho años después del nacimiento de sus hijos.
Los investigadores examinaron además otros factores, como las dotes sociales y de comunicación de los menores, su coordinación entre la vista y el movimiento de las manos y sus coeficientes intelectuales. Empero, como en otros estudios de este tipo, los resultados no pueden ser considerados definitivos. AP